La incertidumbre respecto de la duración y la profundidad de la crisis hace difícil prever los montos de inversión extranjera directa" para 2009, explicó Bárcena en conferencia de prensa.
América del Sur recibió el año pasado 89 mil 862 millones de dólares, lo que representa un 24 por ciento más que en 2007. Ello se debió a los altos precios de los productos básicos y el crecimiento económico subregional.
Sin embargo, los flujos a México y la Cuenca del Caribe bajaron a 38 mil 438 millones de dólares, un 5 por ciento menos que el año anterior, según el informe anual del organismo de la ONU presentado hoy.
Brasil, Chile y Colombia fueron los principales receptores en Sudamérica al concentrar el 80 por ciento de la IED. Brasil se convirtió además en el mayor receptor de toda la región, con un aumento de un 30 por ciento con respecto al récord alcanzado en 2007.
Estados Unidos y España se mantuvieron como principales inversionistas en la región durante 2008 (24 y 9 por ciento del total, respectivamente), pero redujeron su participación relativa. Canadá (8 por ciento) y Japón (6 por ciento) incrementaron su presencia, asociada a proyectos de recursos naturales.
Entre las veinte mayores empresas trasnacionales en la región aparecen Telefónica de España, América Móvil y Telmex, en el sector de telecomunicaciones, y Repsol YPF, Anglo American, Royal Dutch-Shell Group, BHP Billiton, Exxon Mobil y ArcelorMittal, en el de hidrocarburos, minería y metalurgia.
También figuran Endesa y Aes, en el sector eléctrico; Wal-Mart y Carrefor, en el comercio minorista, y Volkswagen, General Motors, Chrysler, Ford y Nissan, en el sector automotriz.
Pese a que el aumento de la inversión extranjera directa (IED) en la región en 2008 es sensiblemente inferior al crecimiento del 52 por ciento experimentado en 2007, la Cepal lo considera un "resultado notable" teniendo en cuenta que a nivel mundial el año pasado cayó un 15 por ciento.
En México, la IED cayó un 20 por ciento con respecto a 2007, mientras que en Centroamérica creció un 7 por ciento y en los países del Caribe aumentó un 42 por ciento gracias a las inversiones en República Dominicana y Trinidad y Tobago, que compensaron la caída en otros países de la zona.
América Latina y el Caribe recibieron el año pasado el 8% por ciento de la inversión extranjera directa mundial, muy por debajo de Asia y Oceanía (21 por ciento) y del promedio de los países en desarrollo, que fue del 39 por ciento (un 8 por ciento por ciento más que en 2007).
El récord histórico en IED alcanzado en 2008 por las economías en desarrollo contrasta con lo ocurrido a nivel mundial, ya que en 2008 la IED retrocedió un 15 por ciento (1.7 billones de dólares), lo que a juicio de la Cepal representa "el fin de un ciclo".
En relación con el Producto Interno Bruto (PIB), la inversión extranjera directa en 2008 mostró una mayor importancia relativa en países pequeños, como los del Caribe.
Entre las economías de tamaño grande y mediano, destacó el caso de Chile, tanto por los montos de inversión recibidos (16 mil 787 millones de dólares) como por su participación respecto al PIB, por encima del 10 por ciento (en México, Argentina y Brasil fluctúa entre el 2 y el 4 por ciento).
Respecto a la inversión directa de empresas latinoamericanas en el exterior, en 2008 alcanzó su segundo nivel más alto de la historia, con 34 mil 561 millones de dólares, lo que demuestra, según la Cepal, que "la internacionalización de las grandes empresas latinoamericanas continuó de forma vigorosa".
Los principales inversionistas en el exterior fueron Brasil (21 mil millones de dólares), Chile (cerca de 7 mil millones), seguido a distancia por Venezuela, Colombia, Argentina y México.
En cuanto a las perspectivas para este año, según la Cepal la incertidumbre respecto de la duración y la profundidad de la crisis hace difícil prever los montos de IED.
Los factores que pueden reducir la IED son el deterioro de las expectativas de crecimiento, el aumento de la incertidumbre y de la percepción de riesgo, y la reducción del acceso a la financiación.
Y los que puede aumentarla son el impacto de las medidas tomadas por los países contra la crisis, el menor precio de los activos -porque puede incentivar las adquisiciones- y las inversiones adicionales para la reestructuración de los sectores.
En todo caso, la previsible caída no situará los ingresos por debajo de los promedios que recibió la región en el período 2001-2006.
La Cepal subrayó la importancia de seguir avanzando en la construcción y el fortalecimiento de la capacidad productiva de las economías de la región a fin de aprovechar al máximo los beneficios no sólo de la IED sino también de su propia inversión en el exterior.