Diecisiete meses después de declararse el brote, que ha causado 28,000 infectados y cerca de 11,300 muertos, Sierra Leona se encuentra en la tercera fase de la operación de respuesta. Esto supone que las autoridades vigilan, al menos durante 21 días, a todas las personas que entraron en contacto con un infectado para asegurarse de que no muestra síntomas.
Margaret Harris, portavoz de la OMS en Freetown, la capital de Sierra Leona, aseguró en una entrevista con Radio ONU que la rápida respuesta de los equipos de emergencia y la fuerte implicación de la comunidad en combatir el virus está dando resultados positivos en el país.
"Ahora, tal vez más que nunca, sabemos dónde está el virus y a dónde quiere ir y tenemos una buena oportunidad para erradicarlo", dijo Harris.
La última cadena de transmisión conocida corresponde al caso de un joven que trabajaba en Freetown y viajó, sin saber que estaba infectado, a su pueblo en una zona donde no se habían visto casos de ébola en 150 días, señaló la OMS.
Tras morir en un hospital, el pueblo entero fue puesto en cuarentena. La medida fue levantada el pasado viernes, si bien 43 personas siguen bajo observación en la localidad y otras 38 en Freetown.
Mientras tanto, el virus sigue circulando en Guinea, pero de forma limitada, y en Libia se detectó un nuevo caso este mes, pero sus contactos ya han superado el primer periodo de control sin manifestar síntomas.