Israel tendrá nuevas elecciones tras fracasar Netanyahu en formar Gobierno

Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí en funciones, fracasó en su intento de formar Gobierno antes del fin del plazo legal, pero logró evitar que pueda hacerlo ningún otro partido al conseguir la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones para el próximo 17 de septiembre.

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A 50 días de los últimos comicios generales en Israel, la Knéset (Parlamento), aprobó en la medianoche del miércoles disolverse, evitando así que el presidente Reuvén Rivlin asigne a otro parlamentario la formación de un nuevo Ejecutivo.

"Hice todo lo que pude para impedir estas elecciones innecesarias", afirmó Netanyahu tras la votación, con 74 votos a favor y 45 en contra de los 120 de la Cámara (con uno ausente).

La misma disputa que había desencadenado el adelanto de las últimas elecciones fue la que impidió al Likud encabezar un nuevo Ejecutivo: la ley de reclutamiento al servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos.

El partido Israel Nuestro Hogar, con cinco diputados y liderado por el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, exigía la aprobación de la ley sin cambiar una coma de la última reforma, exigencia que los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá rechazaban de plano por el tradicional miedo de esos partidos a que sus comunidades se secularicen si toman contacto con otras en el Ejército.

Los tres partidos eran miembros necesarios para la coalición que Netanyahu trató de montar.

"Lieberman nunca quiso llegar a un acuerdo, sino que quería derrumbar el Gobierno", acusó el mandatario, quien agregó que es nuevamente culpa del Lieberman que el país se dirija a elecciones anticipadas.

"Es simplemente increíble, Lieberman es ahora parte de la izquierda, es un izquierdista", criticó un enfadado Netanyahu, utilizando la misma retórica que usó durante toda su campaña para atacar a sus oponentes, aunque en este caso refiriéndose a un político asociado no sólo con la derecha sino hasta con la ultraderecha israelí.

El extitular de Defensa, por su parte, habló minutos antes de la votación y acusó al Likud de haber "fallado en su tarea de formar una coalición. Ellos y los ultraortodoxos son los responsables de que haya nuevas elecciones". Además, atacó directamente a Netanyahu y lo acusó de haberse "rendido completamente a los pies de los ultraortodoxos".

Es la primera vez que se da esta situación desde la creación del Estado, que deberá afrontar un gasto no previsto en los presupuestos para la organización de la nueva jornada en las urnas, que supondrá además importantes pérdidas por un nuevo día no laborable a nivel nacional.

Estimaciones indican que el coste de organizar la elección no bajará de los 130 millones de dólares, a los que se añaden los 550 millones de dólares que se calculan por la jornada festiva.

Más allá del precio en metálico de los nuevos comicios, Israel también podría pagar un alto precio diplomático, dado que la parálisis política a la que se enfrentará en los próximos meses dificultará la concreción del plan de paz impulsado por Donald Trump para la región.

Sus enviados especiales, su yerno Jared Kushner y Jason Greenblatt, llegaron este miércoles al país para ultimar mañana detalles con las autoridades locales antes de la celebración del foro económico programado para el 25 y 26 de junio en Baréin. Ahora, tendrán que trabajar con un líder aún en funciones y sin perspectivas de que se concrete un gobierno hasta dentro de más de cuatro meses.

La nueva cita electoral también podrá influir en las complicaciones legales de Netanyahu, acusado de fraude, soborno y abuso de confianza en tres casos distintos por la Fiscalía General, pendiente de una vista que tendrá lugar a principios de octubre.

Aunque Netanyahu se impusiese en los comicios del próximo 17 de septiembre, parece poco probable que logre conformar una coalición lo suficientemente rápido como para promulgar una ley que le otorgue inmunidad frente a la investigación antes de la vista, como trató de hacer en las negociaciones que ha llevado a cabo en las últimas semanas.

Los partidos ya piensan en la próxima convocatoria y se empieza a hablar de posibles alianzas y escisiones de cara a septiembre, que dará una nueva oportunidad para partidos como Hogar Judío y Zehut, que no habían superado el mínimo necesario para acceder al parlamento y, de lograrlo, podrían facilitar la formación de una coalición de derechas más afín a Netanyahu.