Rohaní fue recibido por separado por el jefe de Estado iraquí, Barham Saleh, y por el primer ministro, Adel Abdelmahdi, en reuniones de marcado contenido comercial y en las que el líder iraní expresó el interés de Teherán en mantener su influencia en el país vecino.
Saleh recibió al líder iraní en el Palacio presidencial Al Salam de Bagdad en el inicio del viaje de tres días y recalcó la "importancia" que supone esta visita para Irak y para toda la región.
"Las relaciones entre los dos países han sido sólidas a lo largo de la historia y están desarrolladas", dijo Saleh en una declaración a la prensa después del encuentro.
En la declaración conjunta, ni Saleh ni Rohaní hablaron sobre la cuestión de las sanciones y se limitaron a enumerar las posibilidades de cooperación económica, en los campos de comercio, energía, transporte, petróleo y suministro de agua.
Bagdad y Teherán buscan aumentar sus intercambios comerciales hasta 20,000 millones de dólares en los próximos dos años, según declaraciones de responsables de ambos países antes del viaje.
En la actualidad, las exportaciones iraníes a Irak, país que depende en gran medida del gas, la electricidad y los alimentos de su vecino, alcanzan los 13,000 millones de dólares, de los cuales más de 7,000 millones son no petroleras.
La visita se produce cerca de que venza el plazo concedido por Estados Unidos a Irak para comenzar a aplicar las sanciones comerciales contra Teherán, como ya hacen buena parte de los aliados de Washington.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el año pasado su salida del acuerdo nuclear suscrito en 2015 por la República Islámica y el G5+1, integrado por Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos.
Estados Unidos ha vuelto a imponer a Irán todas las sanciones que había levantado desde la firma del acuerdo y ha exigido a sus aliados que hagan lo mismo, aunque concedió una moratoria a Irak para adaptarse y reducir su dependencia de la energía que compra del país vecino.
El pasado diciembre, Irak consiguió una segunda moratoria de 90 días para comenzar a aplicar las sanciones a su vecino, que vence el próximo 20 de marzo.
En su intervención junto a Saleh, Rohaní recalcó que Irán continuará apoyando a Irak, recordando que su país ha estado "al lado" de Bagdad en la guerra contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), lo que se materializó en el respaldo de Teherán a milicias chiíes iraquíes que participaron en la contienda.
"Queremos estar con Irak. No para estar contra nadie, sino para ganar a los demás. A mi país le interesa la estabilidad y la seguridad de Irak por el gran papel que tiene en proporcionar seguridad a la región", manifestó Rohaní.
La influencia de Irán en el país árabe ha sido creciente desde el derrocamiento de Sadam Huseín en 2003 y el ascenso al poder de las fuerzas chiíes.
Bagdad mantiene un delicado equilibrio en su amistad tanto con Teherán como con Washington, que también ha sido un importante aliado de Irak en la lucha contra el terrorismo.
Las tensiones entre los sectores favorables a Washington y Teherán aumentaron recientemente a cuenta de unas declaraciones de Trump en las que afirmó que EU pretende mantener sus tropas en Irak, en parte, para vigilar a Irán.
A lo largo de su visita, que se extenderá hasta el próximo miércoles, Rohaní tiene previsto reunirse con otras autoridades iraquíes y firmar varios memorandos de entendimiento en los sectores de hidrocarburos, electricidad, ferroviario y para facilitar los procesos de emisión de visados.