En esta ronda, que se prolongará hasta el viernes, participarán todos los países del bloque centroamericano -Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Honduras-, además de Panamá, que asiste en condición de observador mientras aceptan su solicitud para adherirse al acuerdo.
En las pláticas se abordaran temas comerciales, políticos y de cooperación, y tendrán como base las ofertas realizadas por ambas partes en su última reunión antes de la paralización del proceso.
En esa ocasión, Centroamérica propuso desgravar gradualmente, hasta llegar al 90 por ciento, una lista determinada de productos importados de la UE.
Por su parte, los europeos se dispusieron a eliminar aranceles al 92 por ciento de los productos centroamericanos, aunque se excluyó de la lista rubos como el azúcar y productos de alto contenido energético, los productos orgánicos y la carne, considerados "sensibles" por los europeos.
Una nueva ronda de negociaciones está prevista para la última semana de marzo, también en Bruselas, a la que se seguiría una ronda final a mediados de abril, esta vez en Centroamérica.
En paralelo, la UE también celebra esta semana una nueva ronda de negociaciones con Perú y con Colombia, que se estima será la última con ambos países para la conclusión de sendos acuerdos comerciales.
La conclusión del acuerdo con los países andinos, así como con Centroamérica y con el Mercosur, es una de las prioridades que se estableció España para este semestre en que ejerce la presidencia en turno europea.
Su objetivo es acelerar los procesos para que puedan firmarse los acuerdos durante la cumbre UE-Latinoamérica y Caribe que se celebrará el 18 de mayo en Madrid.