"Las políticas sectarias de los gobiernos sirio e iraquí y la indiferencia internacional hacia las graves violaciones de derechos de esos gobiernos fueron factores importantes en el ascenso de grupos extremistas como el yihadista Estado Islámico", afirma la organización derechos humanos.
Según HRW, si no se abordan las condiciones que llevaron al ascenso de EI, la milicia podría profundizar su resistencia en ambos países y expandirse a otros como Líbano, Jordania o Libia.
El infome de 656 páginas, que revisa la situación en 90 países, incluye a EI como uno de los desafíos globales a los derechos humanos. "Pero ISIS no surgió de la nada", explica el informe utilizando uno de los acrónimos empleados para nombrar al grupo.
En el caso de Irak, EI debe mucho de su ascenso al gobierno sectario y abusivo del ex primer ministro Nuri al Maliki y a la resultante radicalización de la minoría sunita del país.
"Con el apoyo iraní, Al Maliki se hizo con el control personal de las fuerzas de seguridad iraquíes y apoyó la formación de milicias chiitas, muchas de las cuales persiguieron brutalmente a la minoría sunita", afirma HRW.
La organización humanitaria también critica al presidente sirio, Bashar al Assad, del que dice que "atacó a civiles en zonas opositoras de forma deliberada y brutal".
Según HRW, Estados Unidos y sus aliados permitieron que su acción militar contra EI ensombreciera los esfuerzos para conseguir que el régimen de Al Assad pusiera fin a sus abusos. "La coalición liderada por Estados Unidos se enfrentó con ISIS (EI), pero ninguna nación aumentó la presión sobre Al Assad para que frene las masacres de civiles", destaca la organización.
HRW advierte que muchos países -entre ellos Nigeria, Kenia, Egipto y China- respondieron a amenazas terroristas reales o supuestas con políticas abusivas que, en último caso, azuzaron las crisis. (DPA)