General Motors se declara en quiebra

General Motors, el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, se declaró hoy en quiebra en un tribunal de Nueva York al no poder reestructurar su deuda tal y como había exigido el gobierno estadounidense.

Tanto General Motors como la Casa Blanca prevén que la empresa se mantendrá en quiebra "entre 60 y 90 días", el tiempo suficiente para completar su reestructuración que supondrá la eliminación de miles de puestos de trabajo, la reducción de su deuda, el cierre de 14 plantas de montaje, así como miles de concesionarios.

La Casa Blanca anunció el domingo por la noche que proporcionará al fabricante de automóviles 30 mil 100 millones de dólares, que se sumarán a los casi 20 mil millones ya aportados, para que pueda funcionar durante la quiebra y reestructurar sus operaciones.

El plan de General Motors y el gobierno estadounidense es que los activos "buenos" del fabricante sean vendidos durante el proceso judicial a la nueva General Motors, mientras que los activos no rentables serán liquidados.

El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto explicar hoy poco antes de las 12:00 hora local (16:00 GMT) la decisión de permitir la mayor quiebra industrial del país.

Poco después, a las 12:15 hora local (16:15 GMT), el presidente de General Motors, Fritz Henderson, detallará por qué la empresa se ha visto forzada a recurrir a la quiebra y anunciará el cierre de 14 plantas en Estados Unidos durante los próximos meses.

El accionariado de la nueva General Motors estará dividido entre el gobierno estadounidense (un 60 por ciento), el sindicato United Auto Workers (un 17.5 por ciento con la posibilidad de llegar hasta el 20 por ciento), Canadá (un 12.5 por ciento) y los acreedores (un 10 por ciento con la posibilidad de llegar hasta el 25 por ciento).

La nueva General Motors tendrá un tamaño significativamente inferior al de la vieja compañía, tanto en Norteamérica como en el resto del mundo.

En Estados Unidos, General Motors se quedará reducida a cuatro marcas (Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC) en vez de las ocho actuales. Y su red de concesionarios pasará de 6 mil a 3 mil.600. En términos laborales, empleará sólo a unas 56 mil personas.

Y en Europa occidental, su presencia se reducirá al mínimo tras deshacerse de Saab y pasar el control de Opel y Vauxhall a un consorcio liderado por el fabricante austríaco-canadiense Magna.