En un discurso largo, crítico e inconexo, el líder libio acusó a los cinco miembros permanentes del máximo órgano (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) de ser los responsables de numerosos conflictos tras la Segunda Guerra Mundial que han causado "millones de muertos".
"Estos países recurren a la guerra y disfrutan del poder de veto. Empezaron guerras que costaron la vida a millones de personas", aseguró Gadafi en su intervención, durante la que mostró y leyó en varias ocasiones una pequeña copia de la Carta de Naciones Unidas.
Resaltó que los principios de paz e igualdad entre naciones que promulga el preámbulo se "contradice" con el funcionamiento del organismo, al que calificó de "antidemocrático" por dejar las decisiones sobre seguridad y paz en manos del Consejo de Seguridad.
El líder libio resaltó la necesidad de transformar la arquitectura de los organismos multilaterales, a los que calificó de "hipócritas", por considerar que favorecen a los más poderosos en detrimento de los débiles.
"¿Cómo nos podemos sentir felices si el poder está en manos de una decena de países?", se preguntó el mandatario africano, que se expresó en contra de reformar el Consejo de Seguridad aumentando el número de sus miembros permanentes.
En su lugar, apostó por dar carácter vinculante a las resoluciones de la Asamblea General y trasladar a este foro los poderes del Consejo, que es el único órgano con la capacidad de autorizar el uso de la fuerza. Opinó, sin embargo, que "Latinoamérica debería de tener un sitio permanente" en ese órgano de la ONU.
"El poder del Consejo de Seguridad se debe trasladar a la Asamblea General y debe convertirse en una simple herramienta para implementar resoluciones", afirmó el líder libio, que se retrasó al iniciar su intervención, de casi 100 minutos, saltándose el protocolo de la cámara al entrar y al salir de ella.
El excéntrico mandatario, ataviado con el traje tradicional libio que llevaba siluetado el mapa de África en el pecho, utilizó también su larga intervención ante la Asamblea para sugerir que el virus H1N1 podría haberse fabricado en "laboratorios militares" o por las farmacéuticas para vender vacunas.
En otro momento señaló que los delegados presentes en el foro multilateral parecían "dormidos y cansados" por el viaje hasta Nueva York, y reconoció que él mismo sufría de "jetlag" (descompensación horaria).
"En Libia ahora es de noche, y yo me levanto a las 4 de la mañana todos los días", apuntó, manteniendo en sus manos folios manuscritos, arrugados y de diferentes colores.
Pese a sus ataques a los países occidentales, incluido Estados Unidos, el líder libio tuvo palabras de agradecimiento hacia el presidente estadounidense, Barack Obama, a quien calificó de "nuestro hermano".
No obstante, subrayó que había tenido problemas con Washington para obtener visados para su delegación, y relató que su médico personal no había logrado ese documento para entrar en Estados Unidos.
El líder libio intervino en la Asamblea después de que lo hiciera Obama, que estuvo acompañado de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, y de su embajadora ante la ONU, Susan Rice, que no se quedaron a escuchar a Gadafi.
Gadafi, además, propuso aliviar a Estados Unidos de albergar en su territorio a Naciones Unidas y que la organización multilateral, que tiene su sede central en Nueva York desde hace más de sesenta años, se traslade a otro lugar del mundo.
Tras sus críticas al Consejo de Seguridad, a los países occidentales y a EU, en particular, pidió que sean llevados ante los tribunales de justicia "quienes han cometido crímenes en masa contra los iraquíes" y que se abra una investigación sobre la guerra de Afganistán.
También pidió que se averigue quien asesinó al presidente John F. Kennedy o que se excarcele al ex hombre fuerte de Panamá Manuel Antonio Noriega, además de asegurar que no tiene "nada contra los judíos", y que un día "ellos pueden necesitar a los árabes".