Lavalle, quien forma parte del comité científico organizador de este encuentro de profesionales de la salud y la nutrición, explicó la evolución del fenómeno con unas gráficas de impacto en la región que tenían cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Lavalle calificó de "alarmantes" estos índices que en 2010 llegaron a ubicar a los hombres mayores de 15 años de casi todos los países latinoamericanos por encima del 50 por ciento de prevalencia de sobrepeso y obesidad.
El también especialista y consejero del Instituto de Bebidas para la Salud y Bienestar (IBSB), de la compañía Coca-Cola, dijo que este fenómeno de salud pública en países en desarrollo de la región se da como consecuencia de una "sobreoferta de alimentos para la actividad física" que exigen los trabajos, cada vez más sedentarios.
Además, recordó que un elevado índice de masa corporal es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, osteoartritis, cánceres de endometrio, mama y colon y diabetes, que constituye "un problema serio en la región" por el ritmo con que aumenta y por el coste de su tratamiento.
"Este simposio de lo que trata es de tener una visión correcta de lo que son los edulcorantes no calóricos, que pueden constituir una manera de tener un alimento más saludable y una restricción de calorías a partir de azúcares (...) y que son seguros", señaló Lavalle.
El médico consideró que muchos consumidores tienen una opinión sobre los edulcorantes basada "en mitos y en cadenas de emails que van circulando con una información que no está sustentada científicamente" y por eso creen que pueden provocar enfermedades o que su ingesta engorda.
Sin embargo, para Lavalle lo que desemboca en obesidad y sobrepeso es la "conducta compensatoria" de personas que sienten que pueden consumir una ración doble de un alimento con aditivos sustitutivos del azúcar porque ya han restringido una dosis grande de calorías.
Por su parte, la directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Javeriana de Bogotá, Yadira Cortés, resaltó que "la evidencia científica ha demostrado que ni la ingesta por si sola de edulcorantes calóricos produce obesidad, ni el consumo de edulcorantes calóricos o no calóricos produce cambios de comportamiento".
Por último, enumeró algunos compuestos no calóricos más utilizados como el aspartamo, el acesulfamo K, la sacarina, la sucralosa y la estevia.