El Poder Judicial iraní niega que se haya suspendido la pena de muerte a Ashtianí

El fiscal general del Estado y portavoz del Poder Judicial iraní, Gholam Husein Mohseni Ejei, negó que haya sido suspendida la pena de muerte impuesta a Shakiné Mohammadi Ashtiani.

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Gholam Husein Mohseni Ejei, negó que haya sido suspendida la pena de muerte impuesta a Shakiné Mohammadi Ashtiani.

En declaraciones a la agencia de noticias estatal Irna, Ejei insistió en que el proceso todavía está en curso y no ha habido novedades.

"Algunos medios de comunicación informaron de que la pena a muerte por lapidación no había llegado a un punto definitivo y que por el perdón de los padres la sentencia a la horca había quedado en suspenso. Pero los padres insisten en que se haga efectivo el castigo", afirmó.

"Y lo que se dice sobre una posible reducción de la pena es también erróneo porque aún se está revisando", agregó.

Esta mañana, la televisión iraní en inglés PressTV y la agencia de noticias estudiantil Isna citaron una carta de la

presidenta de la comisión de derechos humanos en el Parlamento, Zohre Elahian, a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en la que de daba a entender que la condena a la horca había sido dejada en suspenso.

En la misiva, la diputada explicaba de manera confusa que "aunque el proceso en el que se pide la pena de muerte por lapidación no ha llegado todavía a un punto final, la condena a ahorcamiento está en suspenso por el perdón" de la familia de su marido.

La redacción de la frase en farsi no dejaba claro si la decisión era oficial y firme.

"Ha sido condenada a diez años de cárcel" porque "de acuerdo con las pruebas, esta mujer iraní traicionó a su familia y asesinó a su marido con ayuda de su amante. Confesó sus crímenes durante el juicio", agregó Elahian.

Ashtianí, de 43 años, fue condenada en 2006 a morir lapidada por el delito de adulterio y a perecer en la horca por la acusación de haber colaborado en el asesinato de su marido con ayuda de su amante en 2004.

Su caso salió de nuevo a la luz pública en el verano de 2010, después de que uno de sus abogados afirmara que había agotado todos los recursos y que la mujer sería apedreada hasta la muerte.

Sus palabras levantaron una oleada de protestas y solidaridad en todo el mundo, que obligó al Gobierno iraní a recular y reiterar que la sentencia no era firme, lo que destapó las desavenencias en el seno del régimen.

Sin embargo, desde entonces toda la información acerca del citado caso es muy confusa.

En septiembre, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, ya afirmó que el proceso esta en curso y que la sentencia no era firme.

Semanas después, el propio Ejaei insistió, no obstante, en que estaba demostrada la participación de la mujer en el asesinato de su esposo, y que por ello sería ahorcada ya que este delito prevalecía sobre el de adulterio.

Tras la detención también en octubre de dos periodistas alemanes que trataban de entrevistar a su hijo, y una nueva advertencia de la Organización Internacional en contra de la Lapidación de que sería ejecutada de inmediato, el tribunal encargado del caso dijo que el proceso aún seguía su curso.

La fiscalía general de la ciudad de Tabriz, donde está en prisión, reiteró que el expediente todavía "está bajo revisión" y que el veredicto sería hecho público tras el visto bueno del Poder Judicial en Teherán.

A principios de diciembre, la televisión estatal iraní en inglés PressTV, emitió un documental protagonizado por la propia Ashtiani en la que admitía su culpa y reconstruía el supuesto crimen en su propia casa.

Igualmente compareció ante la prensa su hijo, Sajjad Ghazerzadeh, quien admitió que fue un error contactar con medios y organizaciones extranjeras y señaló que, aunque cree que su madre "es culpable", pide misericordia.

Asimismo, reveló que pedirá el procesamiento del amante de su madre, al que su familia perdonó entonces y que por ello se haya en libertad.

"Perdimos a mi padre y ahora no queremos perder a nuestra madre. Queremos que la pena sea conmutada", indicó antes de declararse esperanzado ya que algunos ex altos cargos de la Judicatura se han declarado en contra del apedreamiento.

"La condena a lapidación sigue vigente, pero no se ejecutará. Al menos eso es lo que esperamos", concluyó.