Esta mañana, tras la audiencia general, el pontífice argentino ha sido informado por la experta en historia de la emigración italiana, Orsola Appendino, de sus indagaciones para encontrar el lugar en el que reposa esta religiosa, informa el medio oficial 'Vatican News'.
Sor Cornelia fue una de las dos monjas que asistieron al joven Jorge Mario Bergoglio en Argentina cuando fue hospitalizado en 1957, con 21 años, por una grave neumonía por la que finalmente tuvieron que extirparle una parte del pulmón.
Francisco ha recordado en varias ocasiones a aquella religiosa que le cuidó y que "sabía mejor que el médico lo que los pacientes necesitaban", tal y como rememoró él mismo en su libro "Soñemos juntos" (2020), con sus reflexiones sobre la pandemia.
"Siempre estaré en deuda con ellas. Lucharon por mí hasta el final, hasta que me recuperé. Me enseñaron lo que significa usar la ciencia y saber ir más allá, para responder a necesidades específicas", sostiene el pontífice en esas memorias.
Con el tiempo el camino de la enfermera y el paciente se separó y Bergoglio emprendió una carrera eclesiástica que le llevaría a convertirse en el primer papa latinoamericano de la historia, aunque nunca la olvidó y el pasado 7 de febrero recibió a sus parientes, animándolos a encontrar el lugar de su sepultura.
Y hoy Orsola Appendino ha podido entregarle la documentación que certifica el sitio donde reposa la monja y Francisco se ha sentido "muy contento", de acuerdo a la misma fuente.
La experta, estudiosa de la emigración en el siglo XX desde el Piamonte italiano, la tierra de los padres y ancestros de Bergoglio, ha logrado dar con la sepultura hablando con las monjas dominicas del convento del municipio piamontés de Mondovì (norte), donde sor Cornelia se había formado.
El edificio actualmente es un lugar de reposo para monjas ancianas pero, gracias a la madre superiora, sor Antonella Olivero, Appendino ha podido hablar con dos religiosas argentinas que vivieron durante 35 años con sor Cornelia, Josefina Solioz y Ana Teresa Viola.
Fueron ambas monjas, de 82 y 84 años respectivamente, las que se ocuparon de organizar el funeral de sor Cornelia, en 1995, y a pesar de su avanzada edad recordaban de forma "lúcida" sus particulares.
En un primer momento, según su testimonio, sor Cornelia fue enterrada en el cementerio de Merlo, en la provincia de Buenos Aires, pero después, en febrero de 2023, decidieron incinerar sus restos y trasladarlos al cinerario de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima en Merlo.
El papa hoy ha podido saber donde reposa la monja que salvó su vida y ha recibido una carta de sor Josefina y sor Ana Teresa en la que le exponen algunos de sus recuerdos: "Es una santa muy misericordiosa", le asegura en la misiva la primera.