Tras un saludo inicial de Francisco a los líderes y miembros de las delegaciones presentes en la Jornada en su residencia de Santa Marta, todos ellos se trasladaron a la Basílica de San Pedro, donde rezaron el padrenuestro en árabe ante el altar de la Confesión, en la cripta que acoge la tumba del santo.
Uno por uno colocaron una vela encendida, como símbolo para la paz y la estabilidad en el país, con la oración que dio comienzo a la Jornada, durante la cual se celebrarán encuentros y consultas en tres sesiones.
La conclusión de los trabajos está prevista para las 18.00 hora local (16.00 GMT), con una oración ecuménica final por la paz, en el altar de la Cátedra, también en la Basílica de San Pedro.
"La importancia de este encuentro es para nosotros partir de la fe, en el Líbano hay tantos problemas, tantas dificultades, tanto sufrimiento", aseguró al inicio de la Jornada el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, a la que pertenecen los cristianos de la región.
El papa "convoca para la oración y la reflexión sobre el Líbano a la luz de la gracia de Dios, que es el único que puede solucionar todo", añadió Sandri, que participa en los trabajos.
"Mañana tendrá lugar un día especial de oración y reflexión por el Líbano. Invito a todos a unirse a nosotros espiritualmente, orando para que el Líbano se recupere de la grave crisis que atraviesa y muestre nuevamente su rostro de paz y esperanza", escribió ayer el pontífice en redes sociales.
El Líbano vive desde finales de 2019 una de las peores crisis económicas de su historia y el Banco Mundial estima que en la actualidad más del 50 % de la población del país vive bajo el umbral de la pobreza.
En las últimas semanas, la situación se ha deteriorado fuertemente con una nueva caída del valor de la libra, más inflación, una escasez de productos básicos como medicamentos y combustible, y continuos cortes eléctricos.
La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional son algunos de los actores que han condicionado la entrega de ayuda financiera no urgente al Líbano a la implementación de reformas como la pronta formación de un gobierno que saque a la nación de la crisis.