El Consejo de Seguridad de la ONU abordará el viernes la transición de 6 meses para terminar su misión en Mali

El Consejo de Seguridad de la ONU dará el viernes por concluida la misión de la ONU en Mali (Minusma) después de que el Gobierno de ese país comunicara por sorpresa el pasado 16 de junio que exigía la salida "inmediata" de su personal del país tras una presencia de diez años.

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Fotografía de archivo, tomada en abril de 2016, en la que se registró un escudo de la ONU sobre el uniforme de un soldado alemán integrante de la misión las Naciones Unidas en Mali, en Camp Castor, en Gao (Noreste de Mali). EFE/Michael Kappeler

Ese día, el Consejo discutirá una resolución que aún está negociándose en la que se define un periodo de seis meses para que la Minusma complete su salida, una solución de compromiso entre la petición del Gobierno maliense de reducir la transición a 3 meses y la consideración de la ONU de que se necesitaban 18 meses para hacer una salida ordenada.

El Gobierno de Mali, dirigido por una junta militar que dio un doble golpe de Estado en 2020 y 2021, ha dejado claro que quiere en este periodo de transición una misión sin mandato político y con capacidad únicamente de proteger a sus miembros, pero no a la población civil, según explicaron fuentes diplomáticas que pidieron el anonimato.

Aunque Mali no tiene asiento en el Consejo de Seguridad, Rusia representa sus intereses, dada la estrecha alianza existente entre Moscú y los golpistas malienses: el jefe de Estado de facto, Assimi Goita, es un militar formado en Rusia, y una de sus primeras medidas fue abrir el país a la organización Wagner de mercenarios rusos.

Las fuentes dijeron que es ilusorio creer que Wagner pueda ocupar el vacío que dejarán los más de 13.000 soldados de la Minusma, por lo que es de prever que amplias zonas del país donde el Estado está prácticamente ausente (todo el tercio norte) queden desprotegidas.

El martes, otra fuente diplomática europea explicó que uno de los mayores peligros que se presenta en este periodo de transición es el destino de los "bienes" de la Minusma: cuarteles, instalaciones, vehículos y armamento pesado, entre otras cosas, que la misión ha ido construyendo y acumulando durante sus diez años de mandato.

Esa fuente aventuró que esos activos propiedad de la Minusma van a ser codiciados por una multitud de actores que operan en Mali: el Ejército regular, el grupo Wagner y hasta los movimientos yihadistas.

UNA DE LAS MISIONES MÁS GRANDES Y LA MÁS PELIGROSA

La Minusma llegó a Mali en abril de 2013, tras una resolución del Consejo de Seguridad, y su mandato se ha ido renovando año tras año; en este tiempo, se ha convertido en una de las misiones más grandes de las que la ONU tiene desplegadas en el mundo (17.430 personas contando a los civiles), pero también la más peligrosa.

Sus soldados son blanco frecuente de ataques por parte de los grupos yihadistas presentes en extensas zonas de Mali, y lo cierto es que la presencia de la Minusma no ha tenido ningún efecto disuasorio sobre estos movimientos, pues su presencia y capacidad letal ha ido creciendo con el paso de los años.

La relación de la Minusma y su unidad política era fluida con el anterior Gobierno maliense dirigido por Ibrahim Boubacar Keita (2013-2020), pero comenzó a deteriorarse con la llegada de los golpistas, que han ido poniendo limitaciones a sus movimientos y cuestionando sus objetivos reales en Mali.

La tensión entre la junta maliense y la misión de la ONU se ha producido en un contexto de creciente contestación en el continente africano sobre la presencia y funciones de las misiones internacionales, como se ha puesto de manifiesto en Sudán o en República Centroafricana.

Al mismo tiempo, dentro del Consejo de Seguridad hay países como Rusia, y en mayor medida China, que abogan por cercenar gran parte de las funciones de las misiones de paz que pueden ser vistas como de "injerencia" en los asuntos internos de un país, sobre todo aquellas relativas a la protección de los derechos humanos, igualdad de género o crisis climática.