La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se pronunció así un día después de que se reanudasen en Viena las conversaciones para evitar que naufrague el pacto nuclear de 2015, que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas.
"Nuestras conversaciones con Irán han llegado a un punto urgente en cuanto a nuestro regreso mutuo a la implementación completa del JCPOA (nombre técnico del acuerdo nuclear)", dijo Psaki en su rueda de prensa diaria.
"Tenemos a la vista un acuerdo que pueda hacer frente a las principales preocupaciones de todas las partes, pero si no se alcanza en las próximas semanas, los avances nucleares constantes de Irán harán que sea imposible que nosotros volvamos al JCPOA", añadió.
Psaki respondió así a una pregunta sobre la decisión de Irán de presentar este miércoles un nuevo misil balístico con un alcance de 1.450 kilómetros, un tipo de armamento que es una fuente de preocupación para Estados Unidos, Europa y algunos países de Oriente Medio.
El programa balístico iraní fue una de las razones esgrimidas por el expresidente estadounidense Donald Trump para retirar en 2018 a su país del acuerdo nuclear multilateral de 2015 y volver a imponer sanciones a Teherán.
Un año después de que Trump abandonase el acuerdo, Teherán comenzó a incumplir los límites impuestos a su programa atómico y a acumular más uranio del que se le permitía y por encima de la pureza máxima del 3.67 %.
Tanto Europa como Estados Unidos llevan tiempo insistiendo en que la negociación se agota, ante la rapidez con la que Irán está acelerando su programa atómico.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió en diciembre a su equipo que preparara posibles opciones por si acaso las negociaciones fracasan, recordó Psaki este miércoles.
Estados Unidos participa de forma indirecta en las negociaciones en Viena, que reúnen a enviados del resto de países firmantes del pacto: Irán, Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China.
Washington quiso dar una señal de buena voluntad este mes, al restaurar una exención a las sanciones estadounidenses que permite la participación de terceras partes en proyectos de seguridad y no proliferación en Irán.
Sin embargo, el Gobierno iraní ha opinado que ese gesto "no merece ninguna atención" y ha insistido en que deben levantarse decididamente las sanciones si EE.UU. quiere que Teherán vuelva a cumplir con sus compromisos bajo el acuerdo.