Según la Secretaría del Tesoro Nacional, a lo largo de 2014 los gastos públicos se expandieron en un 12.8 por ciento frente a 2013, en parte a raíz de los subsidios concedidos al sector eléctrico para evitar un aumento en el precio de la tarifa y así frenar la inflación.
Los ingresos fiscales, a su vez, avanzaron solamente un 3.6 por ciento, principalmente en razón de la caída en la recaudación de impuestos que refleja el virtual estancamiento de la economía brasileña.
El informe oficial confirma el acentuado deterioro de las cuentas públicas brasileñas a lo largo del año pasado. A comienzos de 2014, la previsión del gobierno era la de cerrar el año con un superávit primario equivalente al 1.9 por ciento del PIB.
Pero en noviembre, luego de conquistar la reelección en las urnas de octubre, Rousseff logró que el Congreso aprobara un proyecto que, en la práctica, autorizó el gobierno a incumplir la meta de superávit primario.
El nuevo ministro brasileño de Hacienda, Joaquim Levy, quien tomó posesión del cargo el 1 de enero, prometió cerrar 2015 con un superávit primario del 1.2 por ciento del PIB, mediante medidas de recorte de gastos públicos y aumentos de tarifas y de impuestos. (DPA)