El negocio totalizará unos 4,500 millones de dólares, y deberá ser concretado hasta el final de 2014, cuando se espera se concluyan las negociaciones en torno al contrato, que se prolongarán por "entre diez y 12 meses", afirmó el ministro de Defensa, Celso Amorim, en una rueda de prensa conjunta con el comandante de la Aeronáutica, el brigadier Juniti Saito.
La decisión supuso una decepción para Francia, ya que en los últimos años los Rafale de Dassault eran apuntados como favoritos en la disputa, en la que intervino también el F18 Super Hornet de la estadounidense Boeing.
El ministro de Defensa negó tajantemente cualquier influencia política en la opción por los cazabombarderos suecos, y aseguró que la decisión se basó en tres criterios básicos: desempeño de las aeronaves, "transferencia efectiva de tecnología" y costo, "no sólo de adquisición, sino también de mantenimiento".
"Los Gripen NG fueron los que presentaron mayor equilibrio entre los tres criterios", enfatizó Amorim, quien negó que la insatisfacción del gobierno brasileño por las prácticas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense haya llevado a excluir a los aviones de Boeing de la disputa.
"El informe de la Aeronáutica de 2009 ya había apuntado el Gripen como el mejor avión entre los tres", agregó el ministro de Defensa.
A su vez, el brigadier Saito destacó que la oferta sueca contempla el desarrollo del Grippen NG a través de un proyecto conjunto de Saab con la brasileña Embraer, por lo cual, "cuando se termine el desarrollo, tendremos la propiedad intelectual de todo el equipo".
El jefe de la FAB estimó que los primeros aviones empiezarán a llegar a Brasil cuatro años después de la firma del contrato, y que serán entregadas en promedio 12 unidades por año, hasta completar las 36 adquiridas.
Amorim, por su parte, reconoció que siente "alivio" por el desenlace del largo proceso de licitación, lanzado en 2001, durante el pasado gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), pero que fue suspendido por su sucesor, Luiz Inacio Lula da Silva, luego de asumir el gobierno, en enero de 2003.
Lula reactivó el proceso durante su segundo mandato como presidente (2007-2010) y, tras recibir en Río de Janeiro al entonces presidente francés Nicolás Sarkozy, en diciembre de 2009, llegó a anticipar la opción por los Rafale.
Sin embargo, ante la reacción negativa de los comandantes de la Aeronáutica, que alegaron no haber sido consultados sobre el tema, el gobierno volvió atrás, y el ambiente de indefinición se mantuvo hasta hoy, cuando la presidenta Dilma Rousseff, durante un almuerzo con oficiales de las Fuerzas Armadas, anunció que había llegado a una decisión.
"Me gustaría brindar aquí la información inaugural e informar que recomendé al ministro de Defensa, Celso Amorim, que anuncie hoy la decisión", expresó la mandataria.