“Insto a un alto el fuego humanitario inmediato de tres días para permitir la vacunación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef”, indicó Borrell en un mensaje a través de la red social X.
El jefe de la diplomacia comunitaria abogó por esta tregua “independientemente de negociaciones más amplias”, como las que llevan a cabo para un alto el fuego en Gaza Israel y el grupo islamista Hamás con la mediación de Estados Unidos, Catar y Egipto.
“La rápida propagación de la polio amenaza a todos los niños de Gaza, ya debilitados por el desplazamiento, las privaciones y la desnutrición”, recalcó Borrell, quien enfatizó que “nuestra humanidad lo exige”.
El COGAT, el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados, anunció el domingo la entrada en Gaza de 25,100 viales de vacunas contra la polio, después de que el devastado enclave registrase el primer caso en 25 años.
Las dosis fueron suministradas por Unicef (el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y pueden inmunizar a más de 1.2 millones de niños, mientras que está previsto que otras 400,000 dosis adicionales entren en aproximadamente una semana.
UNICEF, de la mano de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNRWA y otras entidades humanitarias tienen el objetivo de vacunar a más de 640,000 niños menores de 10 años de la polio tipo 2.
El virus de la polio tipo 2 se transmite por el consumo de agua contaminada con restos fecales, y apareció en la mayoría de muestras tomadas por la OMS en el sur de la Franja a finales de junio, desencadenando entonces advertencias de la posibilidad de que se desarrollara un brote.
El hacinamiento, la escasez de productos de limpieza e higiene y agua, y la acumulación de residuos a causa de la guerra crearon en Gaza el caldo de cultivo para la transmisión de la enfermedad.
Israel, por su parte, anunció a finales de julio que iba a emprender una campaña de vacunación del virus para sus soldados combatiendo.