"Vamos a tener esta reunión de seguridad en México y nos va a dar mucho gusto recibir al secretario Blinken el 5 de octubre o por ahí", explicó la canciller en una rueda de prensa con el líder de la diplomacia estadounidense tras sostener una reunión en Washington.
Bárcena, en su primera visita oficial a Estados Unidos, dijo que presentó a Blinken un "proyecto" que está llevando a cabo a México para "monitorear digitalmente la entrada de precursores químicos" que luego se utilizan en el país para fabricar drogas sintéticas.
La canciller reconoció que algunos de estos químicos son utilizados para la industria de cosméticos pero otros van a negocios ilícitos, por lo que debe rastrearse su comercio.
Dijo que México es "muy consciente de la prioridad" que este tema supone para Estados Unidos, país que sufre una fuerte crisis de opioides sintéticos como el fentanilo.
Pero subrayó también que el tráfico de armas estadounidenses a México es "muy importante", ya que se trata "del otro lado de la moneda" de la crisis de seguridad, ya que ese armamento acaba en manos del narcotráfico.
En ese sentido, aplaudió "los avances muy importantes" de Estados Unidos para controlar las 200,000 armas que entran cada año a México.
En la rueda de prensa, Blinken insistió que frenar el tráfico de fentanilo es una de sus mayores prioridades dado que esta sustancia "es la mayor causa de muerte de los estadounidenses de entre 18 y 49 años".
El jefe de la diplomacia estadounidense dijo además que está "muy agradecido" con México por haberse sumado a la coalición global contra el fentanilo que Washington impulsó en julio junto a 85 países.
El fentanilo es un opioide sintético 50 veces más fuerte que la heroína que, según Estados Unidos, es fabricado mayormente por los cárteles mexicanos mediante precursores químicos adquiridos en China y luego traficado a territorio estadounidense.