La entidad también recortó la previsión sobre la inflación subyacente (en la que se excluye el precio del carbón) del 3 al 2.5 por ciento para 2012.
En su informe trimestral, el banco central señaló a la crisis de deuda soberana en la Unión Europea y al punto muerto en el que se encuentra el rescate en la eurozona como amenazas para la economía doméstica australiana.
"El Banco prevé un escenario en el que las autoridades europeas harán lo suficiente para evitar el desastre, pero no podrán prevenir rachas periódicas de considerable incertidumbre y volatilidad", dijo el banco.
"Un empeoramiento en Europa afectaría negativamente la economía australiana, y la inflación tendería a la baja", añadió.
El banco central indicó que la economía australiana en su conjunto siguió creciendo a un "ritmo moderado" pero remarcó las dificultades de los sectores no relacionados con la minería, donde el crecimiento se situó por debajo de la media.
El tesorero, Wayne Swan, dijo que el informe del banco central demuestra que Australia no es inmune a la crisis europea y que la inestabilidad podría tener consecuencias en el presupuesto del Estado.
"Está afectando a la contratación de trabajadores y, por supuesto, la apreciación del dólar tendría un impacto en los sectores relacionados con la importación y la exportación", indicó Swan.
"Debemos esperar un impacto en los ingresos, pero el gobierno tiene la determinación de devolver el presupuesto al superávit en 2012-13", añadió el tesorero.