El director del Programa de Investigación sobre Migración Mexicana y Capacitación en la Universidad de California en San Diego publicó en la página de internet del diario una colaboración titulada “La barda en la frontera está teniendo éxito solo al mantener a inmigrantes en Estados Unidos”.
En el primer debate presidencial republicano, el precandidato Donald Trump prometió construir un muro para mantener alejados a los migrantes y sus rivales partidistas se sumaron al prometer a sus respectivos seguidores “asegurar la frontera”.
“Lo que estos aspirantes no mencionaron es que Estados Unidos ha gastado miles de millones de dólares en seguridad fronteriza sin ningún resultado”, apuntó Cornelius, quien tiene cuatro décadas especializado en este asunto.
“Miles de millones de dólares más no serán éxito ni encenderán mágicamente una estrategia fallida cargada de consecuencias no deseadas”, advirtió.
Estados Unidos tiene en los últimos 22 años una acumulación sin precedentes de recursos en la frontera: 21 mil agentes de la Patrulla Fronteriza y cerca de mil 400 kilómetros de varios tipos de vallas físicas.
También una flota de aviones no tripulados, sistemas de vigilancia electrónica de alta tecnología que cubren las principales ciudades a lo largo de la frontera, prisiones para encarcelar a inmigrantes detenidos, entre otros.
Sin embargo, señaló Cornelius, la seguridad fronteriza no ha mantenido a los migrantes alejados y el único resultado importante de la acumulación de recursos en la frontera ha sido poner fin a la migración circular.
Esta es la que ocurría hace años cuando migrantes llegaban por períodos relativamente cortos de empleo y después regresaban a sus lugares de origen.
Al hacer la frontera suroeste más costosa y peligrosa, “se ha creado poderosos incentivos para que los que lleguen a Estados Unidos decidan permanecer aquí”, resaltó.
Esa seguridad en la frontera ha causado que los traficantes de indocumentados cobren entre tres mil y seis mil dólares por cruce, alerto Cornelius.
El aumento de gastos en contrabandistas, por ejemplo, alienta a los migrantes indocumentados a extender su estancia para amortizar ese gasto en un período más largo. Si se van a casa, incluso para una visita corta, tienen que reingresar.
La migración de retorno a México se ha reducido. En la década de 1960, aproximadamente 60 por ciento volvió a su casa dentro de un año; hoy en día, menos de 10 por ciento lo hace.
El resultado es una población mucho más grande de inmigrantes indocumentados asentados en forma permanente, con una proporción mucho mayor de familias enteras con niños nacidos en Estados Unidos.
En lugar de insistir en la construcción de una cerca, deberíamos declarar la victoria en la frontera y continuar con el trabajo serio de una reforma migratoria, sugirió el especialista.