La legisladora perredista aseguró que en el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública se presenta un balance preocupante del estado que guarda la economía nacional; “con lo que se demuestra que nuestro país se encuentra en una alarmante desaceleración producto de una mala gestión por parte del gobierno en turno”.
Padierna Luna recordó que con relación a la situación económica general, la Secretaría de Hacienda estima que la economía creció 1.3 por ciento durante 2013, muy por debajo del 3.5 por ciento que se había estimado en los Criterios Generales de Política Económica. Asimismo, se señala que el Indicador Global de la Actividad Económica creció sólo 1.1 por ciento al mes de noviembre; la inversión fija bruta cayó 1.8 por ciento a octubre; la industrial, por su parte, disminuyó 0.8 por ciento a noviembre; el valor de la construcción,3.7 por ciento a noviembre y las ventas en el comercio al por menor,0.6 por ciento a noviembre.
“El comercio exterior es el único sector que ha mostrado algún dinamismo. De enero a diciembre las exportaciones aumentaron 2.6 por ciento. Las no petroleras aumentaron 3.8 por ciento y las petroleras cayeron 6.2 por ciento, producto de la disminución de la plataforma de exportación de 5.3 por ciento y de una baja del precio del barril de 3.2 por ciento. Las importaciones crecieron 2.8 por ciento y el déficit de la balanza comercial se ubicó en 1,009 millones de dólares.El crecimiento del sector externo se debió a la recuperación económica de los Estados Unidos, ya que el PIB de ese país creció 2.7 por ciento durante 2013, más del doble del 1.3 por ciento que se prevé que la economía mexicana crecerá en el mismo año, lo que revirtió la tendencia de mayor crecimiento en México que en Estados Unidos, observada después de la crisis de 2009”, añadió.
A consideración de a también integrante de la Comisión de Hacienda del Senado, la diferencia de 2013 se debió fundamentalmente a que en los Estados Unidos se presentó un repunte del mercado interno y en México el pobre crecimiento se debió sólo al aumento de las exportaciones, ya que el mercado interno estuvo deprimido, por la falta de creación de empleos y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios.
“Es necesaria una política industrial que tenga como propósito elevar el contenido nacional tanto de las exportaciones como de los bienes y servicios que se consumen internamente, lo que sólo se puede lograr con un apoyo integral y decidido a las pequeñas y medianas empresas nacionales, para lo cual no se requieren reformas ni constitucionales ni a las leyes secundarias, sino de que el gobierno asuma su responsabilidad de conducir la política económica y no, como lo han hecho las administraciones neoliberales, dejar librada a las fuerzas del mercado el desarrollo del sector industrial, lo que sólo ha ocasionado que México se haya convertido en un maquilador de las grandes empresas trasnacionales”, concluyó.