Durante el ciclo de conferencias “Actualización en Fiscalización Superior en México y Temas Afines”, el legislador resaltó que no se trata “de darle dientes” a la ASF, sino de ampliarle facultades y funciones para que pueda tomar acciones, incluso, preventivas.
Anunció que revisará las leyes para fortalecer al órgano de vigilancia, de manera que pueda examinar con posterioridad el ejercicio de la cuenta pública, y estar al pendiente de todos los procesos licitatorios.
Explicó, que con la revisión de la cuenta pública 2012, se podría iniciar en 2013 un proceso para definir a qué entes se van a auditar. “No lo voy a hacer público, pero voy a estar al pendiente de los procesos de licitaciones”.
En este sentido, consideró que la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) caería en cuestiones de ambigüedad con los Ministerios Públicos. “La división de poderes está clara y no hay que dejar ambigüedades ahí, porque eso daría facilidad para que cualquier solicitud de amparo pudiera otorgarse”.
Señaló que no queda muy claro qué hará o perseguirá la CNA, porque se ha planteado que reciba las denuncias de combate a la corrupción.
Cuestionó: “¿para qué crear otro ente, si realmente esa Comisión Nacional Anticorrupción es de control interno? Creo que la Auditoría Superior la puede absorber fortaleciendo un órgano único” y auditar en tiempo real ese tipo de asuntos.
Aseguró que se deben estructurar ordenamientos que sancionen la corrupción; sin embargo, pugnó por resolver problemas nacionales como el educativo, “que es el más importante”, y seguramente su resultado sería mayor que el del diseño de las leyes.
Manifestó que deben delinearse políticas públicas en educación y cultura, pues, “tenemos un fuerte problema como país y no hemos sido capaces de diseñar o definir un proyecto de nación”.
Denunció que la conducta política ha estado orientada a fortalecer a los partidos y grupos políticos “y aunque decimos que ponemos por delante los intereses de la nación, lo que ponemos por delante son los intereses de nuestro proyecto”.
Llamó a definir un proyecto de nación. “A veces diseñamos las leyes en función de la protección de los integrantes de nuestros partidos políticos, sobre todo en cuestiones como la corrupción”, puntualizó.
Afirmó que México tiene un problema cultural de corrupción arraigado en el que se piensa que “un político pobre es un pobre político”, cuando son quienes deberían orientar el uso de los recursos públicos para sacar al pueblo de la pobreza, la desigualdad, la marginación, y dar posibilidades de educación, trabajo, salud.
Refirió que para resolver la situación educativa es necesario ir más allá de las evaluaciones. “Tenemos un fuerte problema nacional y una parte importante son las leyes para resolverlo, pero la otra es la ética de nuestra conducta pública”, además de un proyecto nacional.