"Todavía no sabemos quiénes fueron los atacantes", indicó ante la prensa el subsecretario general para Operaciones de Paz de la ONU, el francés Hervé Ladsous, a la salida de una reunión a puerta cerrada con el Consejo de Seguridad centrada en el ataque perpetrado contra los militares del organismo internacional.
Ladsous señaló que Naciones Unidas sigue estudiando el altercado, en el que un grupo armado tendió una emboscada contra los miembros de la Onuci, en la que se cobraron el viernes la vida de siete "cascos azules" nigerinos, cinco soldados marfileños y ocho civiles cerca de la frontera con Liberia.
"Ha sido una gran tragedia para la Onuci", añadió el jefe de los "cascos azules", quien explicó que se desplazará el jueves a Abiyán para participar en "una gran ceremonia" en honor de los fallecidos en un ataque que ya recibió la condena el viernes del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y del Consejo de Seguridad.
En estos momentos las misiones de la ONU en Costa de Marfil y también la desplegada en Liberia llevan a cabo "una investigación completa" de lo ocurrido, por lo que todavía hay que esperar a los resultados, según explicó hoy el portavoz de Ban, Martin Nesirky.
"La situación en Costa de Marfil permanece en relativa calma, pero se mantiene la tensión. No se han registrado más incidentes tras la emboscada del viernes", añadió Nesirky en su comparecencia diaria ante la prensa.
La ONU ha extremado la vigilancia en Costa de Marfil después del ataque y la Onuci ha desplegado más elementos uniformados en el área de la frontera con Liberia, mientras que ambas misiones han aumentado los reconocimientos aéreos a ambos lados de la frontera, según explicó el portavoz.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, emitió un comunicado de condena a un ataque contra "la familia entera de Naciones Unidas" y reiteró el apoyo de Washington "por un futuro más seguro y próspero para el pueblo marfileño y el de toda la región".
El atentado contra los "cascos azules" fue cometido días después de la publicación de un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) en el que se atribuye los ataques en el oeste de Costa de Marfil a mercenarios defensores del expresidente Laurent Gbagbo que actúan desde el territorio de Liberia.