El calentamiento global aumenta exponencialmente la probabilidad de lluvias torrenciales en el Mediterráneo y Libia, donde los daños causados por las precipitaciones se ven agravados por construir en zonas inundables o la falta de mantenimiento de infraestructuras, en especial de las presas.
El calentamiento global y errores de construcción disparan la devastación por lluvias
