En el púlpito de la antigua catedral de San Patricio, en el barrio italiano de Manhattan, se rodó una de las escenas más memorables de "El Padrino", cuando Michael Corleone (Al Pacino) se convierte en padrino de su sobrino y de la Mafia, mientras son asesinados los capos de las familias que controlan el lado más tenebroso de Nueva York.
"El Padrino" sigue proyectando su luz y sus sombras sobre Nueva York
