La central nuclear de Fukushima Daiichi comenzó hace un año a verter agua residual procesada al Pacífico en medio de protestas dentro y fuera del país, un rechazo que se ha ido disipando después de que no se hayan detectado irregularidades en los niveles de radiación cerca de la planta ni en aguas próximas.
El vertido de Fukushima cumple un año sin detectarse niveles anómalos de radiación
