El Poopó, que fue el segundo lago más grande de Bolivia, ahora no es más que una planicie desértica afectada por los sedimentos, el desvío constante de sus afluentes y el cambio climático que lo han reducido a un pobre humedal estacional, algo que para los especialistas es irreversible.
La difícil labor de resucitar al Poopó, el lago boliviano que murió hace rato
