Nayda Álvares apaga su pequeño vehículo y arruga la nariz. "Aquí huele a jabalí", alerta. En el terreno que ha pertenecido a su familia por generaciones, y que se extiende a orillas del valle del Río Grande, en la frontera entre Estados Unidos y México, habitan también venados, gatos salvajes y aves de más de un centenar de especies distintas.
Construir más muro, un "show político" que harta a muchos en la frontera sur de EE.UU.
