La construcción en Arizona de una planta taiwanesa de microchips forma parte de la estrategia de EE.UU. para proteger su futuro económico y tecnológico, pero preocupa a los ambientalistas por la gran cantidad de agua que requiere su funcionamiento en un estado azotado por una fuerte sequía y las altas temperaturas.
Planta de microchips en Arizona, un alivio tecnológico para EE.UU. con retos ambientales
