Las ballenas barbadas gigantes, como las azules, las rorcuales o las jorobadas, comen (y defecan) al menos tres veces más de lo que se pensaba, un dato que no solo cambia las previsiones sobre la salud y la productividad de los océanos, sino que además llega en un momento crucial para el planeta.
Descubren que las ballenas son cruciales para la salud del ecosistema marino
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