“Ha llegado otra vez la hora de la sangre”, resuena en el escenario en un perfecto español. Se representa ‘Bodas de sangre’ de Federico García Lorca y la sala está llena. Pero esto no es Madrid, ni Sevilla, ni Nueva York. Es Teherán.
“Ha llegado otra vez la hora de la sangre”, resuena en el escenario en un perfecto español. Se representa ‘Bodas de sangre’ de Federico García Lorca y la sala está llena. Pero esto no es Madrid, ni Sevilla, ni Nueva York. Es Teherán.