Ucrania expande su ofensiva en la región rusa de Kursk penetrando la frontera en un segundo punto al oeste del distrito de Glushkovo, donde intenta aislar más de 50 localidades, así como a las fuerzas rusas en la zona, a través de la destrucción de los puentes sobre el río Seim al norte y ejerciendo presión desde las zonas ya capturadas en el este.