Cristóbal Balenciaga entregó su vida a su taller y se imponía con delicadeza ante las telas de algodón negro que usaba para diseñar sus piezas de arte. La historia lo tiene por “le maître” de la alta costura y, cincuenta años después de su muerte, el Kunstmuseum de La Haya confirma la leyenda con una exposición de sus esculturas de tela negra.