Japoneses que participaron en la revolución mexicana

El final del año de 1910 representó para México una etapa de grandes contrastes. Por un lado, en el mes de septiembre, los festejos del primer centenario de la independencia mostraban a un país unido, moderno, lleno de alegría y patriotismo como lo deseaba el presidente Porfirio Díaz que por más de 30 años había gobernado con mano firme. El “grito de independencia”, el grandioso desfile, los grandes monumentos como el Hemiciclo a Juárez y la Columna de la Independencia parecían dar la razón al anciano dictador.