La ausencia de diversidad racial en los deportes de invierno no es nueva y tiene una primera explicación un tanto obvia: la cuestión geográfica. Pero hay más. La mayoría de modalidades requieren de un material que supone un coste económico elevado y, como sucede con todos los colectivos que buscan una presencia justa en la sociedad, entra en juego la falta de visibilidad.