Las autoridades mexicanas hallaron un nuevo centro de exterminio en unos terrenos de Nuevo Laredo, en el nororiental estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, donde el crimen organizado ejecutaba y calcinaba a sus víctimas.
Las autoridades mexicanas hallaron un nuevo centro de exterminio en unos terrenos de Nuevo Laredo, en el nororiental estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, donde el crimen organizado ejecutaba y calcinaba a sus víctimas.