Un cigarrillo a medio fumar frente a una taza de té en la cocina, fotografías de la reina Isabel II en un armario, cremas del baño que usaba para cuidarse o un libro dedicado por Octavio Paz en la estantería exhiben la cara más íntima de la pintora Leonora Carrington en su Casa Estudio, recién terminada de rehabilitar en la Ciudad de México.