El presidente del Comité de Sanidad Acuícola del Estado de Sonora (Cosaes), Miguel Ángel Castro Cosío, dijo que la producción asimismo reporta niveles muy por debajo de los límites permitidos de contaminantes microbiológicos.
Señaló que en la actualidad operan en el estado 28 unidades de producción ostrícola, de las cuales
diez están ubicadas en la zona norte, ocho en el centro y diez en la región del sur de la entidad.
Se trabaja en 13 cuerpos de agua a lo largo de la costa sonorense, indicó, con especies como el ostión japonés, ostión del placer, ostión Kumamoto, almeja arrocera y almeja generosa. Refirió que en 2016 se sembraron 40.2 millones de semillas de esas especies.
En tanto, la coordinadora de Sanidad del Cosaes, María Guadalupe Topete Duarte, señaló que se atiende a los productores ostrícolas con acciones de promoción y difusión, capacitación y asistencia técnica.
Con estas acciones se promueven las buenas prácticas sanitarias, se capacita en diferentes temas sanitarios a los productores y se da seguimiento estrecho al desarrollo de los cultivos de ostión y almeja en sus diferentes variedades, anotó.
Refirió que también se monitorearon los cultivos y organismos silvestres y se tomaron muestras para realizar mil 228 análisis para la detección de agentes patógenos de alto impacto, así como de calidad del agua donde se desarrolla el cultivo.
Como parte del programa de vigilancia epidemiológica, se monitorearon 18 unidades de producción tomando 540 organismos vivos para realizar un total de 108 análisis, abundó.
A su vez, el coordinador de Inocuidad del Cosaes, Rafael Celis Mendoza, anotó que el año pasado siete unidades de producción obtuvieron el reconocimiento en buenas prácticas acuícolas por parte del Senasica.
Sin embargo, anotó, a la totalidad de las unidades de producción se les da seguimiento en este programa de inocuidad por parte del Cosaes.
El objetivo de este programa de inocuidad es que los productores cosechen su producto con garantía de inocuidad, es decir, libre de contaminantes que causen daño a los consumidores, subrayó.
En el monitoreo para la detección de contaminantes químicos y microbiológicos, se realizaron 27 análisis de producto y 27 del agua donde se desarrollan los cultivos.
Los resultados que se obtuvieron fueron negativos a la presencia de contaminantes químicos y los microbiológicos resultaron muy por debajo de los límites permitidos por la normatividad nacional e internacional.
También se monitoreó la salud del personal que opera en las unidades de producción con análisis de reacciones febriles, exudados faríngeos y coproparasitoscópicos.