En un artículo para la página editorial del diario The Washington Post, Ross sostuvo que las disposiciones de reglas de origen del acuerdo han tenido el efecto indeseado de incrementar la proporción del contenido de las importaciones de insumos provenientes de fuera de Norteamérica.
“Si no arreglamos las reglas de origen, las negociaciones en el resto del acuerdo fracasarán para cambiar significativamente el desbalance comercial”, escribió en alusión a lo que Estados Unidos definió como uno de sus principales objetivos en la modernización del TLCAN.
Con base en estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un estudio del propio Departamento de Comercio (DOC) sostiene que el contenido estadunidense en manufacturas provenientes de Canadá cayó del 21 al 15 por ciento entre 1995 y 2011.
En el caso de las importaciones procedentes de México, el descenso del contenido bajó del 26 al 16 por ciento en el mismo periodo, según el DOC.
“Estos datos destruyen el argumento de que el contenido estadunidense en la forma de partes es tan alto que no deberíamos preocuparnos sobre las cifras brutas del déficit”, señaló.
Ross señaló que el problema es especialmente preocupante porque la proporción de contenido que ha perdido Estados Unidos está siendo absorbida, no por México o Canadá, sino por socios que no pertenecen al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque no dio nombres.
“La proporción de contenido de países extranjeros que no son ni Canadá, ni México, se ha duplicado en nuestras importaciones desde México de un 14 a 27 por ciento. El contenido no-TLCAN de las importaciones de Canadá se elevó del 12 al 21 por ciento”, argumentó.
Ross sostuvo en ese sentido que aun cuando el acuerdo haya logrado la meta de incrementar el comercio trilateral en términos absolutos, los trabajadores y negocios estadunidenses no se están beneficiando del acuerdo en forma justa y recíproca.
Al respecto, sostuvo que desafortunadamente las reglas de origen del TLCAN en el sector automotriz listan autopartes exactas y otras que ya no se usan en el proceso de producción de automóviles.
Asimismo señaló que el TLCAN incluyó el concepto de “transformación sustancial, el cual quiere decir que si uno de los socios del acuerdo procesan un insumo procedente de fuera de la región, este se transforma como si hubiera sido producido en Estados Unidos, México o Canadá.
Ross señaló que Estados Unidos propuso por ello entre sus objetivos de negociación del TLCAN tanto la elevación de los requisitos de contenido regional, como la elevación de la proporción estadunidense, especialmente en automóviles y autopartes.
Desde el mes pasado, el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, sostuvo que la propuesta de reformar las reglas de origen para dar contenido nacional por país “no sería la mejor práctica introducir tal tipo de rigideces en el proceso industrial”.
“No es bueno para las empresas de Estados Unidos, no es bueno para empresas mexicanas. Sería altamente complicado”, apuntó.
La posición mexicana fue apoyada por el organismo cúpula que representa a las armadoras estadunidenses, Ford, General Motors y Fiat-Chrysler.