"La economía rusa puede crecer un 6 por ciento anual a medio plazo, en particular, gracias al incremento de las inversiones en sectores productivos", dijo el funcionario del FMI a los periodistas, citado por las agencias locales.
El PIB ruso, que creció un 3.5 por ciento el año pasado, mantendrá un ritmo de crecimiento anual "del 3.7 por ciento en caso de que se mantenga la actual política económica", agregó Brekk, que también recalcó que el pronóstico del organismo financiero internacional para 2013 no ha cambiado.
El representante del FMI recordó que la economía rusa sufrió más que otros países del G20 la recesión de 2009, cuando su PIB se contrajo en casi un 8 por ciento, pero también se recuperó con facilidad gracias al consumo interno, con incrementos anuales del 4.5 por ciento.
El año pasado, sin embargo, el ritmo de crecimiento de la economía rusa se ralentizó hasta el 3.5 por ciento, "condicionado sobre todo por causas internas", advirtió Brekk.
El FMI considera que Rusia debe impulsar importantes reformas para dejar de ser tan vulnerable a las dinámicas económicas globales, pues ante una eventual caída del crudo por debajo de los 80 dólares por barril "el crecimiento no se recuperaría ni con las medidas de política económica ya emprendidas".
El organismo financiero recomienda a Rusia mejorar el clima de negocios para así impulsar y atraer inversiones en nuevos sectores productivos.
La estabilización de los indicadores macroeconómicos y del sistema financiero ruso es la receta del FMI para mejorar el clima de negocios.
Por otra parte, los expertos internacionales creen que Rusia ha agotado el modelo económico basado en el crecimiento del consumo interno, que ha alcanzado un ritmo de incrementos interanuales de entre 5 y 5.5 por ciento durante la última década.
"Es imperativo no permitir que el crecimiento de la demanda supere el potencial de la economía" rusa, advirtió Brekk, que insistió en que Rusia debe apostar por estimular la oferta mediante la creación de nuevas capacidades productivas.
Hasta ahora, "el consumo ha aumentado gracias a los crecientes precios del petróleo, y teniendo en cuenta estos factores, se puede concluir que Rusia ha topado con el problema de insuficientes capacidades" de producción, alertó el representante del FMI.