“No hay ruptura, es fijar nada más con claridad el que no se admite el maíz transgénico para alimento humano”, expresó el mandatario en su rueda de prensa diaria.
Sus declaraciones se producen después de que Vilsack manifestó este martes que Estados Unidos está "decepcionado" por el decreto que emitió el lunes la Secretaría de Economía de México sobre la prohibición del maíz transgénico.
El Gobierno de México eliminó, por ahora, el límite que había fijado en 2024 para terminar con la importación de maíz transgénico para el ganado, pero mantuvo el bloqueo al de consumo humano.
Vilsack indicó que el decreto lo está revisando la Oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, en inglés), que en enero advirtió de un posible panel de resolución de controversias bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Pese a los cuestionamientos estadounidenses, López Obrador aseveró que en Washington "han ido ellos entendiendo" que México "tiene que actuar así".
“Estamos platicando con ellos en muy buenos términos explicando por qué tomamos esta decisión que tiene que ver con la salud, y ofreciéndoles que podamos hacer, las agencias de salud, un análisis sobre el maíz transgénico", sostuvo.
La molestia ha crecido en Estados Unidos porque México es el segundo destino de sus exportaciones.
López Obrador ha argumentado que la importación de maíz amarillo se permite porque se destina para ganado, pero la de maíz blanco transgénico no porque es para consumo humano y México es autosuficiente.
El mandatario argumentó que "no se deben permitir en ninguna parte alimentos que puedan resultar dañinos a la salud. Y por encima de lo mercantil, de lo lucrativo y de lo comercial, debe estar la salud".
“No necesitamos importar maíz blanco, lo que se está buscando es que el maíz transgénico no se use, no se mezcle, y se haga harina de maíz, y se está investigando constantemente”, comentó.