En un comunicado difundido en esta capital, la organización humanitaria alertó de que muchos países pobres se verían arrastrados a un "círculo vicioso" de bajos ingresos por exportaciones, lo cual dañaría sus economía y añadiría presión adicional a sus ya limitados recursos para servicios básicos de salud y educación.
La ONG calcula que si la zona euro se desintegrase, la caída del PIB de los estados que la componen acarrearía consigo una pérdida de ingresos para los países menos desarrollados -la mayoría en el África Subsahariana- de hasta 20.000 millones de dólares en exportaciones y otros 10.000 millones en inversiones europeas.
La advertencia fue dada a conocer por Oxfam en vísperas de la cumbre del G20 que se celebrará el lunes y martes próximos en el municipio mexicano de Los Cabos, en la península de Baja California.
"La crisis europea es una grave amenaza para los países pobres que ya están sufriendo hambre y recortes en ayuda humanitaria. Los líderes del G20 tienen la obligación de proteger a aquellos que han llegado al límite de sus capacidades para defenderse a sí mismos de la crisis", aseguró el portavoz de Oxfam Steve Price-Thomas.
Criticó que aunque hace tres años el G20 lanzó un marco de trabajo para obtener "un crecimiento robusto, sostenible y balanceado", se reunirá en Los Cabos sin haber hecho lo suficiente por las personas que están en riesgo de perder sus modos de vida y que tienen las mayores probabilidades de caer en la pobreza.
La organización hizo un llamamiento a las principales economías mundiales y potencias emergentes que participan en la Cumbre para que apoyen un impuesto a las transacciones financieras, cuyos ingresos se destinarían a los esfuerzos de desarrollo y adaptación al cambio climático.
Advirtió, asimismo, que el G20 también debe de tomar medidas urgentes para acabar con la especulación financiera de alimentos, revertir las políticas de biocombustibles que transforman los alimentos en combustibles y mejorar los derechos sobre la tierra.
"Necesitamos un esfuerzo coordinado para proteger a los pobres de las crisis económicas y alimentarias que tiene a una de cada siete personas en el mundo con hambre. El sector financiero debería de trabajar para el beneficio de la sociedad y no al revés, lo que significa acabar con la especulación de alimento", dijo el portavoz.