El departamento de análisis económicos y de crédito de la agencia de calificación confirma una desaceleración "moderada y controlada" de las economías de Asia y el Pacífico, y un crecimiento por debajo de lo previsto hasta ahora durante el primer semestre de 2012.
Según el estudio de Moody's la perspectiva de crecimiento para la región Asia-Pacífico es también el reflejo de la economía mundial, donde se espera una "modesta" recuperación a partir del segundo semestre de 2012, salvo que la situación financiera europea empeore drásticamente.
Con una economía muy sensible a la evolución en el extranjero, la desaceleración asiática está motivada por la disminución de sus exportaciones.
Sin embargo, la región asiática sigue gozando de una posición económica saludable, pese a que el crecimiento del PIB esté por debajo de lo previsto en anteriores informes de perspectivas, pero lejos de poder derrumbarse debido a que sus economía se basan en una fuerte demanda interna.
En el informe se deja constancia de la buena salud del mercado bursátil asiático, que se viene reflejando con subidas desde el inicio del año, y lideradas por los parqués de la India y Hong Kong.
El aumento de los precios de las acciones refleja la creciente confianza de los inversores y las empresas, incitando a estas últimas a adquirir de nuevo préstamos y a invertir.
Algo que también repercutirá de forma positiva en los mercados de crédito, puesto que los exportadores asiáticos dependen en gran medida de la financiación para pagar a trabajadores y proveedores.
Las empresas de Asia están mejor situadas que hace cuatro años, pero aún dependen en gran medida del crédito bancario, en el que tienen gran peso los bancos europeos, según el análisis.
En este frente, la inyección del Banco Central Europeo de capital a finales de 2011 fue particularmente importante y, salvo un rápido deterioro en Europa, no se prevén problemas de crédito en Asia para el resto de 2012.
En los pronósticos de crecimiento para esta región en 2012 destacan que China avanzará en 2012 un 8.4 por ciento, una desaceleración controlada en consonancia con el objetivo de enfriar la burbuja inmobiliaria.
El sector manufacturero ha disminuido frente a la debilidad de la demanda mundial, lo que ha sido parcialmente compensado por la inversión pública fuerte de China, lo que ayuda a elevar las perspectivas para el resto de Asia, según el estudio.
La exportación de tecnología se ve también con optimismo a partir de la segunda mitad de este año, donde se espera que la demanda de Estados Unidos apoye la recuperación de este sector que había castigado bruscamente a países como Taiwán y Corea del Sur en 2011.
Moody's alaba la acción de los gobiernos asiáticos en cuestión de control presupuestario, de bajos niveles de riesgo y deudas, superávit comercial, amplias reservas de divisas, así como su equilibrio en las tasas de interés, que apuntala la confianza empresarial y del consumidor a través de Asia.
El desempleo sigue siendo bajo en la mayoría de las economías, aun cuando el crecimiento se ha desacelerado, lo que indica una confianza de las empresas en que la calma actual de la demanda será temporal.
El informe de Moody's sostiene que la mayoría de los bancos centrales, con excepción de la India, han realizado una labor "admirable" durante la última recesión, lo que les sitúa en unas condiciones monetarias adecuadas para la segunda mitad de 2012.
Pese al riesgo del mercado inmobiliario en China y la deuda de gobiernos locales, Moody's sostiene que el país cerrará 2012 sin sufrir una desaceleración económica.
No obstante, sostiene que el riesgo podría aumentar en 2013 si no se controla al mercado inmobiliario.
El informe también advierte de que Japón sigue por debajo de las sus expectativas en términos económicos y políticos.
Mientras que su economía se contrajo en el cuarto trimestre de 2011 y su pronóstico del PIB para 2012 también ha disminuido al 1.6 por ciento, el país se enfrenta a una deflación en curso, una población que envejece, una montaña de deuda pública, un yen fuerte, una demanda mundial débil, y un gobierno que carece de la capacidad o el mandato de impulsar los cambios necesarios, concluye el informe.