Merkel enfurece a la izquierda lusa con su comentario sobre las pensiones

Las críticas de la canciller alemana, Angel Merkel, a las pensiones y las vacaciones en el sur de Europa ha enfurecido a la izquierda portuguesa, que reprocha a la germana no haber comparado los salarios con los de su país.

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Angela Merkel.

En un día que la oposición portuguesa consideró "trágico" por la subida récord del desempleo anunciada en Portugal, situado ahora en el 12.4 por ciento, los partidos marxistas del Parlamento y el mayor sindicato acusaron a la canciller alemana de pretender imponer su visión del mundo y empobrecer aún más a la población lusa.

El secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, criticó a Merkel por no haber comparado las sumas que reciben mensualmente los trabajadores de Alemania y los de Portugal, cuatro o cinco veces menor.

Francisco Louçã, líder de otro partido marxista, el Bloque de Izquierda, denunció las palabras de la canciller como otra muestra de los intentos de los conservadores europeos por "transformar los derechos sociales en un mal a combatir".

Portugal tiene los salarios más bajos de la UE y elevar la edad de reforma, como sugirió Merkel, "degradaría aún más a quienes trabajan la vida entera", declaró Louçã, que censuró además la tendencia de Alemania a "imponer siempre su palabra".

Manuel Carvalho da Silva, secretario general del mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CTTP), acusó a Merkel de "colonialismo" y de pretender que los países ricos vivan a costa de "la explotación de los países más pobres".

La prensa lusa se hizo hoy amplio eco del comentario de Merkel, el martes en un acto político en su país, sobre la necesidad de que Grecia, Portugal y España revisen las vacaciones y la edad de jubilación de los trabajadores ante la crisis económica que padecen.

Los medios portugueses destacaron también datos de organismos europeos que revelan, en el caso ibérico, una edad de jubilación (65 años) y un periodo de vacaciones anuales (22 días laborables) iguales en la práctica a los de Alemania, aunque las pensiones y salarios en la península son tres y cuatro veces inferiores.

Este no ha sido el primer comentario de Merkel sobre la necesidad de que Portugal se apriete aún más el cinturón y, como en anteriores ocasiones, no le ha gustado a la izquierda ni a la prensa lusa.

El Gobierno socialista y la oposición conservadora evitaron comentar las palabras de la canciller de Alemania, cuyo país ha sido clave para que Portugal logrará esta semana la aprobación de un rescate financiero internacional de 78,000 millones de dólares que le salva de la bancarrota.