“Una desaceleración más pronunciada en EE.UU. y una inflación más persistente de lo previsto, que obligue a mantener los tipos altos durante más tiempo, son los principales riesgos a la baja”, destacó en su 'Estudio Económico de México', que presentó en el país el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
Para 2025, la OCDE también mantuvo su pronóstico del producto interior bruto (PIB) de México para 2025 en 2 %.
Asimismo, señaló que la reconfiguración en curso de las cadenas de valor mundiales impulsaría la inversión más de lo previsto, mientras que confió en que la inflación general y subyacente seguirán en caída.
“La inflación general se ha suavizado y la inflación subyacente, aunque más persistente, está también disminuyendo gradualmente, aunque la inflación de los servicios sigue siendo elevada”, se lee en el documento.
La OCDE consideró que la fuerte apreciación del peso frente al dólar estadounidense ha contribuido a contener la inflación tras la histórica apreciación de la moneda mexicana de casi 13 % hasta 16.96 unidades por billete estadounidense en 2023.
El documento prevé que México finalice el año con una inflación general de 4.1 % y subyacente de 4.2 %, y que tardará hasta 2025 para estar cerca del objetivo del Banco de México con un índice de 3.2 %.
La oportunidad del 'nearshoring' en México
Además, el organismo consideró que la economía está “navegando bien el incierto entorno económico mundial”, mientras comienza a beneficiarse del ‘nearshoring’.
Pero advirtió que, para aprovechar plenamente su potencial, es necesario afrontar desafíos de largo plazo, como la baja productividad y las elevadas desigualdades.
“La inversión tiene una tendencia al alza, apoyada por proyectos de infraestructura pública en el sur y por la inversión privada en maquinaria”, indicó.
México finalizó 2023 con la histórica cifra de inversión extranjera directa (IED) de más de 36,000 millones de dólares, así como con 378 anuncios de inversión con una expectativa de más de 110,000 millones de dólares a materializarse en los próximos tres años.
Aparte, la OCDE consideró que México requiere un volumen mayor de ingresos tributarios para mantener la prudencia fiscal y abordar necesidades de gasto en educación, infraestructura, transición digital y ecológica, así como en corrupción y combate al crimen.
Según el organismo, México tiene la relación de impuestos como proporción del PIB más baja de los países miembros de la OCDE.
“Hay margen para recaudar más ingresos a partir del impuesto sobre la propiedad, los impuestos ambientales y hacer que el sistema tributario sea más eficaz y progresivo mediante la reducción de las deducciones fiscales que beneficien a los más ricos”, señaló.