Las Bolsas de Nueva York y Fráncfort viven "un día negro" al haberse truncado su proyecto de crear el mayor operador bursátil del mundo por el veto de la Comisión Europea a la operación, pues considera que Deutsche Börse y NYSE Euronext crearían un "cuasi monopolio" en el comercio de derivados europeos.
El colegio de comisarios ha aprobado el veto tras más de una hora de debate, tal y como había exigido el comisario de Mercados Financieros, Michel Barnier, quien había interpuesto una "reserva de espera" para estudiar en detalle la propuesta del comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia.
La Comisión Europea considera que la fusión propuesta hubiera creado un "cuasi monopolio" en las operaciones de derivados europeos a nivel mundial, dado que ambas sociedades gestoras de bolsas controlan juntos más del 90 por ciento del comercio global de esos productos.
"Estos mercados están en el corazón del sistema financiero y es crucial para la economía europea que se mantenga la competencia. Tratamos de encontrar una solución, pero las soluciones ofrecidas estaban lejos de resolver las preocupaciones", ha asegurado Almunia.
Los dos gestores de bolsas habían ofrecido vender productos de derivados basados en acciones de la rama de Liffe -operado por NYSE Euronext-, donde entraba en competencia directa con Eurex, plataforma gestionada por Deutsche Börse, pero Almunia
consideró la desinversión demasiada pequeña e insuficientemente diversificada como para ser viable por sí sola o dar alas a un competidor.
No ofrecieron vender productos de derivados que se solapan en el mercado más importante derivados basados en tipos de interés europeos, y únicamente estaban dispuestas a facilitar acceso a las cámaras de compensación de la empresa resultante de la fusión para algunas categorías y solo para nuevos contratos de derivados.
Inmediatamente después de conocer la decisión de la Comisión, Deutsche Börse mostró su decepción por el veto, y afirmó que "se trata de un día negro para Europa y su competitividad futura en los mercados financieros mundiales".
Consideró que la decisión se basa en una "definición del mercado ajena a la realidad y limitada que no se ajusta a la naturaleza global de la competencia en el mercado de los derivados".
La Comisión diferencia entre el importante mercado de derivados OTC -aquellos que no se compran o venden en una bolsa de valores sino se negocian de forma privada entre dos partes- y los derivados estandarizados negociados en mercados organizados.
Esta diferenciación lleva al gesto alemán a calificar la decisión de "equivocada, inconsistente y contraria al objetivo de Bruselas de ampliar la regulación de los mercados financieros al de los OTC's".
El veto también se opone a las decisiones adoptadas en Estados Unidos, donde las bolsas de derivados de Chicago CME y CBOT pudieron fusionarse, y donde tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC, en inglés), el Comité de Inversión Extranjera (CFIUS) y el Departamento de Justicia han autorizado la fusión.
El consejero delegado de Deutsche Börse, Reto Francioni, ha dicho que con el veto de Bruselas "se impide lograr un grupo bursátil establecido en Europa y competitivo a nivel global".
Pero Almunia ha respondido en rueda de prensa que su investigación ha determinado que los dos operadores ya son los mayores gestores del mundo de transacciones de derivados basados en subyacentes europeos, compiten directamente y son los mayores rivales el uno para el otro.
"El mercado se divide en productos y no en mapas; la demanda para estos derivados es global pero el suministro está dividido considerados los diferentes subyacentes", replicó.
Además, para la Comisión, los derivados OTC y los negociados en plataformas organizadas cumplen características diferentes y responden a distintas necesidades y lo importante es el subyacente, -el valor de un derivado se basa en el precio de otro activo como acciones índices bursátiles, tipos de interés- y éste no es lo mismo en Europa que en Estados Unidos ni tampoco son sustitutivos.
Los demás competidores, como el Chicago Mercantile Exchange (CME) tienen una cuota de mercado menor al 10 por ciento en el área afectado y su presencia en subyacentes de acciones europeas o tipos de interés es "cero" o "mínima", por lo que simplemente no hay lugar para un rival si la fusión hubiera prosperado, explicó Almunia.