El Gabinete del primer ministro, Yoshihiko Noda, acordó las nuevas previsiones, que estiman que en el año fiscal 2011, que en Japón concluye el 31 de marzo, el PIB se contraerá un 0.1 por ciento, a diferencia del crecimiento del 0.5 por ciento previsto el pasado agosto, informó la agencia local Kyodo.
Para el año fiscal 2012, en el que se espera que la reconstrucción de las zonas afectadas por el desastre de marzo aumente la demanda, se calcula que la economía nipona avanzará un 2.2 por ciento, mientras que la previsión anterior del gobierno establecía un salto entre el 2.7 y el 2.9 por ciento.
Tanto la fortaleza del yen como la crisis de deuda soberana en Europa están dañando uno de los pilares de la economía nipona; las exportaciones, que constituyen el 40 por ciento del PIB del país asiático.
El encarecimiento de la divisa de Japón resta competitividad a sus exportaciones y reduce los beneficios de las empresas a la hora de repatriarlos, mientras que la situación en Europa ha propiciado un recorte de los envíos japoneses hacia el viejo continente.
Ayer, la junta del Banco Central de Japón (BOJ) advirtió al término de su reunión mensual que la recuperación experimentada por la económica nipona tras sufrir el terremoto del 11 de marzo está "en pausa" debido a "la desaceleración en las economías extranjeras y la apreciación del yen".
Dentro de los cálculos ofrecidos hoy por el gobierno, se prevé también que la inversión de capital corporativo caiga un 1.1 por ciento en 2011 y que aumente un 5.1 por ciento al año siguiente, mientras que el consumo subiría un 0.3 por ciento en este ejercicio y un 1.1 por ciento en 2012.
La tasa de paro se mantendrá este año en torno al 4.5 por ciento y decrecerá el siguiente para situarse en torno al 4.3 por ciento, según el Ejecutivo nipón, que prevé también que el IPC mantenga una tendencia deflacionista, con un retroceso en los precios del 0.2 por ciento y del 0.1 por ciento, en 2011 y 2012, respectivamente.