"El Gobierno apuesta por lograr un acuerdo europeo, sin que la ministra de Economía Nadia Calviño participe en la siguiente fase", aseguraron las fuentes.
La de Calviño era una de las cuatro candidaturas que baraja la Unión Europea (UE) para presentar ante este organismo internacional, que el próximo mes de octubre debe elegir al sucesor o sucesora de Christine Lagarde como directora gerente, después de que la franceasa fuera seleccionada para presidir el Banco Central Europeo.
Los tres candidatos que quedan son el expresidente holandés del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem, el gobernador del banco central finlandés, Olli Rehn, y la directora ejecutiva del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva.
La renuncia de la candidatura de Calviño se une a la del ministro de Finanzas portugués y presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, que ayer se retiró de la carrera, también para ayudar a encontrar el consenso comunitario.
Francia está coordinando los trabajos para que la UE presente un candidato consensuado, si bien en los últimos días no ha sido posible el acuerdo, lo que llevó a la organización este viernes de una votación entre los países miembros.
El ganador debe obtener una mayoría cualificada, lo que requiere el apoyo de un 55 % de los Estados miembros (16 de los 28 actuales) que representen al menos el 65 % de la población total de la UE.
Fruto de una norma no escrita tras los acuerdos de Bretton Woods de 1944 en los que se fundó el FMI y el Banco Mundial, las grandes potencias se repartieron la designación de la dirección de ambos organismos, con lo que Estados Unidos escoge al presidente del BM mientras que Europa selecciona al jefe del Fondo.
Sin embargo, esta situación está cuestionada en los últimos años por otras potencias económicas emergentes y ONG, que han criticado la opacidad y que la elección no refleje el peso actual de la economía mundial.