El consejero ginebrino de territorio, Antonio Hodgers, señaló a una radio local que se ha desechado el plan de apagar durante ciertas horas el Jet d'Eau, al considerarse que la situación energética en el cantón es mejor de la esperada.
El Gobierno suizo estima que la alerta por escasez energética se mantendrá en el mínimo nivel, por lo que "no hay razón para dejar a los ginebrinos sin su Jet d'Eau", indicó el consejero local.
Este chorro gigantesco de agua, que alcanza 140 metros de altura y es visible a kilómetros de distancia, emerge del lago Lemán y es generado por dos bombas de 500 kilovatios que lanzan hacia arriba 500 litros de agua por segundo.
Nació en la segunda mitad del siglo XX como una salida de agua a presión de una central hidroeléctrica local, pero más tarde, ya convertido en un popular símbolo de la ciudad, se trasladó a una zona más alejada de las orillas, donde se aumentó la potencia del chorro de agua para convertirlo en una de las mayores fuentes del mundo.
Casi permanente, el Jet d'Eau sí es detenido en determinadas ocasiones, como en inviernos de fuertes heladas o en jornadas de fuerte viento, y también se paró durante el semiconfinamiento vivido por Suiza entre marzo y junio de 2020, durante los momentos álgidos de la pandemia de covid.