El consejero del departamento de Investigación del FMI Thomas Helbling dijo hoy en la presentación del informe que las previsiones de que Brasil crezca este año un 2.5 por ciento en vez del 3 por ciento que esperaba en abril y un 3.3 por ciento en lugar de un 4 por ciento en 2014 se deben a la reducción de la demanda mundial, pero también a que el país ha alcanzado su potencial de crecimiento.
"Brasil se ha topado con baches, ya que tras una década de crecimiento ha alcanzado limitaciones, como en el caso de infraestructuras o mercado laboral, lo que limita su potencial de crecimiento", indicó Helbling en una rueda de prensa en Washington.
Helbling también avisó a Brasilia sobre la inflación, que se mantiene por encima de los objetivos, y aseguró que "en este punto recurrir a estimulo monetario adicional sería inadecuado".
El FMI indicó que Brasil debe mantener sus objetivos de política fiscal y estimular las inversiones en infraestructuras para poder elevar sus tasas de crecimiento.
El Fondo revisó a la baja en dos décimas tanto el crecimiento mundial esperado para 2013 (3.1 por ciento) como en 2014 (3.8 por ciento), debido especialmente a un avance menos dinámico de economías emergentes, que se han visto afectadas por una reducción de la demanda de países desarrollados y una merma de la demanda interna.
El organismo recomendó a las economías emergentes que "aumenten su potencial de crecimiento" y, en el caso de Brasil, recomendó un aumento en el "muy bajo ritmo de inversiones", algo que afecta a la capacidad de mantener las mejoras registradas hasta el año pasado, en el que el crecimiento se contrajo hasta un 0.9 por ciento.
Helbling dijo que las recientes protestas sociales en Brasil no se incorporan en este informe, pero son reflejo del descontento con la marcha del crecimiento económico y con ciertos servicios públicos, algo que recordó que el gobierno de Dilma Rousseff ha prometido solucionar.
En cuanto a México, el FMI explicó que la rebaja de las previsiones de crecimiento para este año y el próximo, que pasan del 3.4 al 2.9 por ciento y del 3.4 al 3.2 por ciento, respectivamente, se debe esencialmente al menor crecimiento de Estados Unidos.
El débil consumo procedente del vecino norteamericano y primera economía mundial, así como la consolidación fiscal en marcha, tendrán un efecto directo en la economía mexicana, que en los dos últimos años ha crecido al 3.9 por ciento.